El voto útil

La pregunta central de estas elecciones presidenciales 2017 fue, sin duda, si habrá o no segunda vuelta. Pregunta que fue muy difícil de responder antes, durante, e incluso algunos días después de las elecciones [1]. Cálculo Electoral pretendió hacer un pronóstico sobre este tema y nuestro análisis se basó en la información generada y publicada por encuestadoras. Sin embargo, nos encontramos con dos problemas puntuales: 1) un alto nivel de indecisión, y 2) gran discrepancia entre los resultados difundidos por diferentes encuestadoras. Aquí les presentamos un resumen de cómo intentamos resolver estos problemas, cómo nos fue en nuestros pronósticos, y, ahora que conocemos el desenlace, qué aprendimos.

Hay varias estrategias para resolver problemas abiertos. Una de ellas es pensar en los límites, por ejemplo, todos los indecisos se inclinarán por un solo candidato (¿improbable verdad?), o los indecisos elegirán indistintamente entre todas las opciones (también muy improbable). En base a estos dos extremos improbables (junto con las reglas electorales, y los números que fueron publicados por las encuestadoras) delimitamos el rango de posibles resultados. Este ejercicio, nos permitió concluir categóricamente que cualquier afirmación que garantizaba que habría o no segunda vuelta no tuvo sustento. Así mismo, estos dos extremos improbables nos ayudaron a diseñar escenarios metodológicos para tratar el voto indeciso.

De lo que publicaron las encuestadoras, hubo resultados para todos los gustos. Si n encuestadoras publicaron n resultados diferentes, siendo optimistas, sabíamos que n - 1 iban a estar mal. Todas las encuestadoras tienen información relevante, pero no todas contribuyen con la misma calidad de información. Como no se puede comparar directamente los resultados entre encuestadoras, desarrollamos mecanismos para calificar a cada encuestadora, y metodologías para homologar cada sondeo al universo de votantes antes de ejecutar cualquier análisis estadístico.

Conforme transcurrieron los días y más estudios de opinión aparecieron en los medios de comunicación, notamos que en lo que si estaban de acuerdo las encuestas es en la tendencia a la baja de Moreno conjuntamente con el nivel de indecisión. Así mismo, los votos que perdía Moreno no eran captados por ningún candidato en particular, sino dispersos entre los demás. Conforme la indecisión se fue reduciendo, la distribución de votos válidos siguió una tendencia muy similar a la planteada por el modelo con incidencia de indecisos. Pero veamos qué pasó durante los últimos 10 días antes de las elecciones y cómo evolucionó la decisión de aquellas personas que hasta el 8 de febrero se identificaban con el voto indeciso.


Distribución del voto indeciso el día de las elecciones sobre base expresada al 8 de febrero

Con casi la totalidad de las actas procesadas (99.71%), podemos observar que los indecisos no terminaron alineándose completamente con la tendencia de intención de voto, tal como reportaban las encuestas al 8 de febrero de 2017. Lasso captó aproximadamente el 36% del grupo de encuestados declarados como indecisos, Moreno el 33%, y Viteri el 17%. Espinel y Bucaram se reparten el 11%, y el resto de candidatos el 3%. Podríamos interpretar que muchos indecisos votaron de acuerdo a la lógica del voto útil; es decir, por los dos candidatos mejor posicionados en las encuestas [2].

La intención de voto no es el voto, y nunca sabremos si las tendencias que mostraban las encuestadoras fueron un fiel reflejo de la intención de los votantes hasta el 8 de febrero. Tampoco sabemos qué es lo que ocurrió durante los últimos 10 días en los que está prohibido publicar estudios de opinión sobre las elecciones. Ahora que conocemos los resultados, podemos en retrospectiva plantear un escenario metodológico que refleja el voto útil, entonces nuestras proyecciones hubiesen terminado de acuerdo a la tercera columna de la siguiente tabla:


Binomio Distribución Indecisos Original Distribución Indecisos
Voto Útil
Resultado CNE
Moreno-Glas 36.7 % 39.1 % 39.4 %
Lasso-Páez 21.6 % 24.0 % 28.1 %
Viteri-Pozo 17.2 % 14.6 % 16.3 %
Moncayo-Bustamante 13.0 % 10.5 % 6.7 %
Bucaram-Aguilar 5.1 % 5.2 % 4.8 %
Espinel-Quiroz 2.4 % 2.5 % 3.2 %
Zuquilanda-Jorgge 1.6 % 1.7 % 0.8 %
Pesántez-Alcívar 2.3 % 2.4 % 0.7 %
RMSE: 3.4 % 2.2 %
Acierto: 80.0 % 86.4 %
RMSE = root-mean-square error


Podemos presumir que durante estos comicios electorales se posicionó, de alguna manera, la idea de que votar por el segundo en las encuestas tenía sentido si es que el objetivo era evitar que gane Moreno. Así mismo, muchos terminarían decidiéndose por Moreno para evitar que haya una segunda vuelta. Esto obviamente terminó afectando a Viteri y Moncayo. Vemos la necesidad, en el futuro, de profundizar la investigación cualitativa del comportamiento electoral. En base a estas investigaciones se podría plantear varias hipótesis sobre las motivaciones del voto indeciso.

Al final de este ejercicio, nos queda una lección política: en una elección altamente fraccionada, el análisis no debe subestimar al voto útil.


[1] "Para llegar a 40%, Lenín Moreno necesitaría el 84% de los votos que faltan por escrutar" . elecciones2017.gkillcity.com. Consultado el 25 de febrero de 2017.
[2] "¿Cómo se definieron los indecisos?" . elecciones2017.gkillcity.com. Consultado el 25 de febrero de 2017.


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