Elección Presidencial 2021: transferencia de votos entre primera y segunda vuelta

Lasso y el escenario adverso de captación electoral

Antes de evaluar como se transfirieron los votos de los candidatos de la primera vuelta hacia Lasso y Arauz en el balotaje, vale la pena comparar la captación posible y resultante de votos de los finalistas. Esto permite dimensionar en su justa proporción la relevancia del triunfo de Guillermo Lasso como lo que es: la mayor remontada en la historia electoral del Ecuador.

Desde una perspectiva histórica, Guillermo Lasso llegó a la segunda vuelta con una mermada votación (19,74%), la tercera más baja en primera vuelta para uno de los finalistas desde 1979, solo por encima de Bucaram en 1988 (17,61%) y Álvaro Noboa en 2002 (17,39%). Tenía un escenario adverso de cara a la segunda vuelta, pues necesitaba captar un 30,26% adicional al 19,74% de votos válidos que obtuvo en primera vuelta; mientras que Andrés Arauz tenía que incrementar un 17,28% adicional a su resultado de 32,72%. Esto implica que tenía que lograr una captación del 63,7% del voto en disputa, voto que había ido hacia los otros 14 candidatos en primera vuelta (Figura 1). Un escenario complicado en contraste con anteriores procesos electorales, aunque menos adverso que en 2017, cuando tenía que haber captado un 67,3% de los votos en disputa para derrotar a Lenín Moreno.


Figura 1. % votos a ser captados del resto de candidatos para ganar en el balotaje
Votos a ser captados históricos para ganar en el balotaje

El cálculo se realiza con base a los resultados porcentuales del voto válido en primera vuelta. Elaborado por Cálculo Electoral con datos históricos del CNE.

Pese a esta estadística adversa y contra casi todo pronóstico, Lasso remontó la diferencia y ganó la presidencia. Logró captar 68,6% de los votos en disputa (Figura 2), hecho que constituye la mayor remontada en la historia electoral del Ecuador para un candidato que llega en segundo lugar al balotaje, superando el caso de Rafael Correa en 2006 (67,2% de captación frente a Álvaro Noboa, vencedor en primera vuelta). Asimismo, la captación lograda por Lasso en 2021 es la segunda mayor de la historia en balotajes, solo por detrás de Jaime Roldós en 1979 (84,2% frente a Sixto Durán Ballén). Si bien hay posturas que relativizan esta victoria ante el incremento del voto nulo y la consecuente disminución de la base de votos válidos; no deja de ser relevante en términos de valoración de la competitividad de captación en un balotaje.


Figura 2. % votos captados del resto de candidatos en el balotaje
Votos captados históricos para ganar en el balotaje

El cálculo se realiza en base a los resultados porcentuales del voto válido en primera vuelta. Elaborado por Cálculo Electoral con datos históricos del CNE.

Una vez dimensionada, a nivel histórico, la relevancia de esta captación, nos planteamos las siguientes preguntas: ¿Cómo se configuró esa nueva mayoría? ¿Cómo fue el comportamiento electoral en el balotaje de aquellos votantes que no dieron su voto en primera vuelta electoral por ninguno de los candidatos finalistas? ¿Qué se puede hacer para perfilar una teoría sobre la transferencia de votos desde otras opciones electorales?

La captación es un análisis muy útil de la foto final a partir del voto válido, pero para responder estas preguntas (y sobretodo en estas elecciones en donde el voto nulo cobró particular relevancia) se vuelve necesario una metodología de análisis que incluya todas las categorías posibles de elección: candidatos, voto nulo y blanco, e inclusive la abstención. Con estas categorías, es posible estimar la transferencia de votos a partir de un análisis bivariable del comportamiento del voto desde una perspectiva de fuentes (primera vuelta) y beneficiarios (segunda vuelta).

Estimación de la transferencia de votos

Para hacerlo, realizamos un modelo matemático que perfila al votante del 11 de abril de 2021, considerando la votación que obtuvieron todas las opciones electorales en primera vuelta, a fin de estimar la transferencia de los votos de esos candidatos a Guillermo Lasso y a Andrés Arauz.

Esta propuesta parte de la lógica de que los votos que obtuvo un candidato en cada cantón van configurando una especie de ‘huella digital’. Por lo que, al analizar estos votos a nivel cantonal de la primera vuelta, es factible modelar las huellas digitales de Lasso, Arauz, nulos y blancos en segunda vuelta. Desde la teoría matemática, a este procedimiento se le conoce como optimización lineal con restricciones [1].

La calidad del modelo y sus estimaciones dependen principalmente de dos factores que impiden un resultado exacto. El primero son los cambios en los niveles de participación (es decir, el ausentismo variante entre una y otra vuelta). En las elecciones 2021, el aumento en la participación introdujo un error de hasta 2% en el valor de las transferencias de primera a segunda vuelta. El segundo, son los patrones de votación que en ciertos cantones no se ajustaría a la tendencia promedio de transferencia de votos. La magnitud de la segunda fuente de error es difícil de estimar a priori, pero se verá claramente reflejada en algunos de los segmentos electorales.

A pesar de que el nivel de participación aumentó de 10,6 en la primera vuelta a 10,8 millones de electores en la segunda vuelta, los votos válidos disminuyeron: de aproximadamente 9,3 millones a 8,9 millones, principalmente por el crecimiento del voto nulo. En razón a ese aumento de participación, añadimos una categoría de “Ausente” en primera vuelta en el modelo.

En un primer esbozo realizamos este análisis a nivel provincial, y notamos que conforme incluíamos más datos desagregados a nivel territorial, el error va disminuyendo. Tomando datos a nivel cantonal, la optimización da como resultado los siguientes coeficientes de transferencia entre la primera y segunda vuelta:


Tabla 1. Coeficientes de transferencia entre categorías de votación de la primera vuelta hacia Lasso, Arauz, nulo y blanco en segunda vuelta.

Coeficientes de transferencia entre primera y segunda vuelta Elecciones Presidenciales Ecuador 2021

Los valores en paréntesis indican el margen de error: +/- 2σ. Elaborado por Cálculo Electoral con datos del CNE.


Podemos revisar el resultado de la reconstrucción lineal de la votación en la Figura 3. Los puntos azules muestran la votación en cada uno de los 221 cantones de Ecuador para las 4 posibles categorías en segunda vuelta: Lasso, Arauz, nulo y blanco. Las líneas anaranjadas muestran el modelo matemático de la votación, que resulta de multiplicar los coeficientes de transferencia de la Tabla 1 por los resultados por cantones de los candidatos en primera vuelta. Cabe considerar que los resultados reflejan una tendencia nacional, y hay cantones en donde dicha tendencia de transferencia de votos no encaja tan bien. Estos cantones aparecen en la Figura 3 como puntos azules en donde el modelo (línea anaranjada) no coincide, y pueden ser identificados por el orden en el que aparecen en la base con resultados del CNE (en el siguiente archivo CSV) [2].


Figura 3. Reconstrucción lineal de la votación cantonal en el balotaje a partir de la votación en primera vuelta
Resultados cantonales primera y segunda vuelta Elecciones Presidenciales Ecuador 2021
Los puntos azules son el resultado electoral por cantones en segunda vuelta. La línea anaranjada es la reconstrucción lineal de la votación del balotaje a partir de los resultados por cantones de primera vuelta y con los coeficientes de transferencia de la Tabla 1. Elaborado por Cálculo Electoral con datos del CNE.

Con los resultados de cada una de las categorías de la primera vuelta nos es posible convertir la Tabla 1 a porcentajes de votos totales, como queda descrito en la Tabla 2.


Tabla 2. Estimación de transferencias entre categorías de votación de primera vuelta y opciones de voto en el balotaje (en % de votos totales)

Transferencia entre primera y segunda vuelta Elecciones Presidenciales Ecuador 2021

Los valores en paréntesis indican el margen de error: +/- 2σ. Los valores totales son aproximados y concuerdan con los resultados electorales dentro del margen de error. Elaborado por Cálculo Electoral con datos del CNE.


Interpretación de transferencias y segmentos electorales

No es sorprendente el confirmar que Lasso y Arauz lograron captar el voto de sus respectivos votantes de primera vuelta. A continuación analisamos el destino de los votos que obtuvieron otros candidatos el 7 de febrero.


El voto Hervas

El primer punto que podemos destacar es que si hay un segmento de voto en primera vuelta que fue fundamental para la captación de Guillermo Lasso en el balotaje, es aquel que votó por Xavier Hervas (13,70% de los votos totales). Este segmento contribuyó con el 10,6% de votos totales hacia Guillermo Lasso. En términos de su composición, un 80% se decidió por Lasso, un 12% por Arauz y muy pocos habrían anulado, inclusive en un porcentaje menor al del voto nulo de primera vuelta.

Cabe notar que en todo este análisis nos hemos limitado a usar transferencia de votos en vez de utilizar el término “endoso” (que tiene una connotación de traspaso, cesión y otorgamiento racional con sentido estratégico o utilitario). Sin embargo, este segmento es quizás el único en que se podría hablar de un efecto claro, significativo y exitoso de endoso entre candidatos. Hervas manifestó su apoyo hacia Lasso en el balotaje y al parecer incidió en su electorado de manera más protagónica que su propio partido político (Izquierda Democrática), el cual no emitió un pronunciamiento institucional de apoyo.


Los “otros”

Algo muy particular que deja estas elecciones es la diferencia de concentración de votos entre las grandes y pequeñas candidaturas, consecuencia de la inédita cantidad de candidatos que se postularon. Mientras los cuatro principales candidatos concentraban un 76,4% de los votos totales, el resto sumaba entre todos (12 candidatos) apenas un 10,9%. Sin embargo, este segmento tan disperso tuvo gran incidencia en la captación de Lasso, contribuyendo a su favor con el 10,4% de los votos totales, que implica que casi un 91% de su composición se transfirió hacia Lasso.

A diferencia del segmento de Hervas que contribuyó hacia Lasso, este segmento no tiene un interlocutor claro y los pronunciamientos de endoso eran muy dispersos. Podría destacarse el caso de Pedro Freile, el candidato con la mayor votación (1,82% de los votos totales) de este pelotón, que declaró un apoyo abierto hacia Lasso. Otros con menor votación que podrían haber incidido serían Gutiérrez, Celi, Montúfar y Larrea, aunque no muy significativamente.


El voto Yaku

Quizás la gran expectativa en estas elecciones fue la decisión de voto de los ciudadanos que optaron por el candidato Yaku Pérez en primera vuelta. Candidato que hizo un pronunciamiento de rechazo hacia ambas opciones, promoviendo un inéditamente relevante llamado al “nulo ideológico”. Los hallazgos aquí son claros, y sugieren que dicho voto se habría transferido significativamente en un 62% al voto nulo y en un 33% hacia Guillermo Lasso, contribuyendo así para su victoria con una difrencia de 5% de los votos totales. Este segmento de voto hacia Lasso fue determinante en el desenlace final de las elecciones porque no cumplió con su expectativa de endoso hacia el nulo; situación que colegas como Javier Rodriguez anticiparon en su planteamiento de que la anulación del voto en segunda vuelta podría a la final favorecer a Lasso, contrario a lo que pensaban algunos analistas tanto antes como después de las elecciones [3].

En cuanto a Andrés Arauz, habría logrado captar apenas un 2,5% de los votantes de Yaku Pérez (0,4% de votos totales), un valor muy cercano al margen de error de estimación. Si bien algunas encuestas previas al balotaje advertían un escenario adverso de captación de Arauz respecto a este segmento (un 17% según Clima Social al 21 de marzo), la situación final fue prácticamente de nula captación; mientras que para el caso de Lasso sí se llegó a dar el escenario de captación que aquella misma encuesta le atribuía hacia el “voto Yaku” (30,4% de captación). Muy probablemente los encuestados que se manifestaban indecisos terminaron plegando al nulo, así como muchos de quienes inicialmente se inclinaban por Arauz. La debacle en el intento por captar los votos del segmento Yaku, merece el planteamiento de algunos escenarios hipotéticos. Por un lado, quizás Andrés Arauz ya habría captado en primera vuelta lo que estaba dentro de sus posibilidades de captar del voto de sectores indígenas afines al progresismo de su movimiento político. O a lo mejor también se podría entender este repliegue hacia el nulo como un rechazo hacia la polémica de Jaime Vargas, líder indígena de la Conaie, quien en la última semana de la campaña hizo público su apoyo a Arauz ante el rechazo de muchas organizaciones indígenas. Nadie es dueño de las razones, pero el modelo es claro en mostrar esta nula captación [4].

Asimismo, también cabe plantearse si esta división significativa del “voto Yaku” en torno a dos opciones claras podría generar futuras tensiones respecto a su eventual apropiación. Si bien Yaku Pérez puede atribuirse con fuerza el incremento del voto nulo en segunda vuelta (con r = 0,82 es clara la correlación entre el voto por Yaku y el incremento del voto nulo a nivel provincial, de acuerdo al análisis de Jorge Galindo), también se abre la puerta hacia una narrativa en que sectores victoriosos se atribuyan aquel voto hacia Pérez en primera vuelta, pero que en el balotaje decidió no anular. La ausencia de captación de Arauz devela una grieta en este segmento de voto en torno a Lasso y al nulo; y que a lo mejor veamos manifestarse en otras instancias en que esta representatividad pueda escenificarse, como por ejemplo, en la Asamblea Nacional.


Reconfiguración del voto nulo

Uno de los principales hallazgos que sugiere este análisis es que se habría dado una completa reconfiguración del voto nulo en el balotaje. Esta reconfiguración va más allá de lo que tradicionalmente se podría pensar del nulo: un voto fijo e invariable en primera vuelta al que se suman o se restan electores en la segunda.

Según el modelo, el voto nulo de segunda vuelta se habría compuesto en un 60% de votantes de Yaku Pérez (que aporta 9,9% de los votos totales), un 28% del voto nulo en primera vuelta (que aporta 4,6% de los votos totales), y el resto se compondría de los votantes de Hervas (1% de votos totales) y nuevos votantes que no asistieron a votar en primera vuelta (0,7% de los votos totales). Más sorprendente es el destino de captación del voto nulo de primera vuelta, que en balotaje se habría dividido casi por igual en torno a dos opciones: 49% hacia el voto nulo en segunda vuelta y 49% hacia Andrés Arauz. Sobre este comportamiento hacia Arauz nos pronunciaremos más adelante, pero queda claro que la composición del voto nulo en primera vuelta es diferente a la del voto nulo en segunda vuelta. El voto nulo de primera vuelta no se puede interpretar como un mero sumando del voto nulo de balotaje.

En estas elecciones se llegó a denominar al endoso expreso de Yaku Pérez hacia el voto nulo en balotaje como “nulo ideológico”; situación que debe ser ponderada dado que se trata de una construcción conceptual posterior a la primera vuelta, deliberada y con fines de endoso. Esto nos motiva a describir con mayor profundidad los segmentos identificado respeto a “lo nulo”.

Nulo “Yaku” en balotaje.- Que se enganchó con lo de "nulo ideológico" y proveniente del voto Pérez en 1ra vuelta (9,9% de los votos totales en balotaje).

Nulo “otros” en balotaje.- Proveniente de Hervas, resto del pelotón de candidatos y ausentismo de primera vuelta (1,8% de los votos totales en balotaje).

Nulo “duro” en balotaje.- Que se mantuvo de su decisión de nulo en primera vuelta, no acogiéndose necesariamente al marco ideológico de Pérez (4,6% de los votos totales en balotaje).

Ex Nulo.- Voto nulo en primera vuelta que tomó una decisión diferente en balotaje; no se acoge al marco ideológico de Pérez y opta principalmente por Andrés Arauz (4,6% de los votos totales). También opta por el voto blanco (0,1% de los votos totales).

Ex Nulo.- Voto nulo en primera vuelta que tomó una decisión diferente en balotaje; no se acoge al marco ideológico de Pérez y opta principalmente por Andrés Arauz (4,6% de los votos totales). También opta por el voto blanco (0,1% de los votos totales).

Si nos fijamos en la Tabla 2, estos segmentos son los que tienen el mayor margen de error. Por lo tanto, no se puede negar la posibilidad de que un pequeño porcentaje de votos nulo en primera vuelta pudo haber sido captado también por Guillermo Lasso.


Capacidad de endoso y apropiación

Asimismo, también podríamos interpretar que Xavier Hervas demostró mayor capacidad de endoso hacia su opción electoral públicamente manifestada (80% de sus votos hacia Guillermo Lasso), que Yaku Pérez hacia su respectiva (63% de sus votos hacia el voto nulo).

Pero al mismo tiempo, también podríamos interpretar que Yaku Pérez tuvo más incidencia en el resultado final de su opción de endoso (60% del total hacia el voto nulo) que Xavier Hervas en el resultado de la suya (24% del total del voto hacia Lasso).


El naufragio de Arauz

Andrés Arauz no logró atraer de manera significativa votos de ninguno de los candidatos de la primera vuelta. Es sorprendente encontrar que solo arrastra a un 12% de los votos de Xavier Hervas (1,6% en votos totales), y un porcentaje muy bajo (o al menos comparable al margen de error del método) de los votos de Yaku Pérez.

Arauz habría crecido a partir de ex votantes del nulo y blanco en primera vuelta. Como habíamos indicado previamente, el 49% del voto nulo de primera vuelta se fue hacia Arauz (aportando 4,6% de votos totales); pero lo curioso es que lo mismo ocurrió con el voto blanco, opción electoral similar al voto nulo en términos de validez, que en el balotaje se fue en un 76% hacia Arauz y el 24% restante se mantuvo en “blanco” (aportando 3% de los votos totales). Es posible que dichos segmentos de votantes hayan advertido la situación del balotaje como una necesidad de tomar una posición, misma que no estaban muy seguros de asumirla en la primera vuelta. En resumen, de cada 100 votos incrementales que obtuvo Arauz en segunda vuelta, 76 provinieron de ex votantes del nulo y blanco, y 24 de otros ex candidatos en primera vuelta.

Esta situación, sumada al curioso detalle de que la cantidad de ex votantes del nulo que hubiesen votado por Lasso en el balotaje podría ser insignificante, nos plantea la duda hipotética de qué hubiese pasado si estos segmentos de ex votantes del nulo y blanco hubiesen aterrizado su inclinación en la misma primera vuelta. Un apoyo directo hacia Arauz hubiese generado una disminución del denominador del voto válido, pero según nuestros cálculos, si bien Arauz se hubiera acercado al 40% necesario para ganar la presidencia en primera vuelta, tampoco le habría sido suficiente.


Los “accionistas” del voto Lasso

Finalmente, la campaña de Guillermo Lasso logró hábilmente convencer a muchos electores de Pérez y Hervas, incorporando algunas propuestas de los mismos, llegando a obtener altos márgenes de captación de todos los candidatos y de nuevos votantes en balotaje que estuvieron ausentes en primera vuelta.

Según esta reconstrucción lineal, la votación total hacia Lasso en el balotaje se compone en un 37,4% de sus propios votantes en primera vuelta (aportando 16,1%), seguido del segmento Hervas en un 25% (que aportó 10,6% de votos totales), del segmento acumulado del resto de 12 candidatos en un 24% (que aportó 10,4% de votos totales), del segmento Yaku Pérez en un 12,3% (que aportó 5,3% de votos totales, y del segmento de ausentes en primera vuelta en un 1,3% (que aportó 0,6% de votos totales). O dicho de otra manera, y en particular referencia a los votos incrementales: de cada 100 votos extras que obtuvo Lasso en el balotaje, 39 provinieron de votantes de Xavier Hervas, 38 del pelotón de otros 12 candidatos, 19 de votantes de Yaku Pérez y 2 de votantes que asomaron para votar en el balotaje, ausentes en primera vuelta.

Si bien Lasso alcanzó una victoria clara, el incremento del nulo contribuyó a una percepción de aparente baja representación, al tratarse de un triunfo con el 43% de los votos totales y del 36% del padrón electoral. Pero también cabe aclarar que esta aparente baja representación se habría manifestado independientemente del ganador de la presidencia, debido a la elección apretada y a la campaña articulada hacia el voto “nulo ideológico”. Más allá de los números y las reglas electorales vigentes, la legitimidad y representatividad tendrán su oportunidad de fortalecerse y reconfigurarse con las acciones que tome ya ejerciendo como Gobierno.


Apuntes finales

La ciudadanía expresará el significado de estas adhesiones a futuro: si constituyen un apoyo directo a Lasso, si son una representación del apoyo en primera vuelta hacia un sujeto político individual o de tipo partidario, o si en algún momento se convierten en focos de descontento o conflictos de apropiación hacia el rumbo del accionar del nuevo Gobierno. Durante las semanas previas a la posesión presidencial hemos podido ver cómo surgieron diversas disputas políticas en la Asamblea Nacional en torno a cargos y comisiones legislativas. Estas disputas, entre pretensiones de legitimidad sobre la representatividad ciudadana, terminan condicionando colateralmente las posibilidades de la “gobernabilidad” de un mandatario y de su margen de acción. Traspasando esto al plano de los ciudadanos, una de las principales tensiones que se avizoran estaría en la disputa entre electores de Lasso -o políticos aliados- en torno al significado y sentido de la victoria, versus los temas que deba o no deba gestionar, de los pactos que deba o no hacer, así como de los llamados “puntos rojos” a no cruzar en el esfuerzo por el reencuentro.

Guillermo Lasso es probablemente el candidato que más endoso exitoso ha recibido para remontar un balotaje en la historia del Ecuador, y eso necesariamente se traducirá en una mayor cantidad de expectativas hacia la gestión de Gobierno, proveniente de electores ajenos, más que de los propios. En el plano de la agenda de Gobierno, las transferencias y endosos implican una mayor expectativa de inclusión temática, así como un mayor riesgo de no contentar a todos en caso de que algo falle. Pero también abre la puerta a oportunidades para reconfigurar los segmentos electorales, que como ha mostrado este análisis, siempre están en movimiento.



Los datos de la primera vuelta fueron obtenidos de la página del CNE por Javier Rodríguez y estudiantes de la Escuela de Periodismo de la USFQ. La base de la segunda vuelta corresponde a los resultados oficiales ofrecidos por el CNE a UNES para su control electoral (al 99% de actas escrutadas), y publicado en https://actascne.andresarauz.ec

Una versión previa de este análisis fue publicado en GK al culminar la segunda vuelta electoral: El Triunfo de Lasso: de dónde vinieron sus votos en la segunda vuelta”.



[1] Procedimiento para la optimización lineal:

Paso 1: Como hubo más votos totales en segunda vuelta, añadimos la categoría de “Ausentes” a la base por cantones de la primera vuelta. Los valores para esta nueva columna (categoría) se los obtiene al restar los votos de primera vuelta de los de segunda para cada cantón.

Paso 2: Despejar la matriz x en A.x = B. En donde A es una matriz del voto (corregido de acuerdo al Paso 1) en primera vuelta (filas=cantones, columnas=categorías de votación 1era), x es una matriz con los coeficientes de transferencia entre primera y segunda vuelta (filas=categorías primera, columnas=categorías segunda); y B es una matriz con el voto total de cada categoría de la segunda vuelta (filas=cantones, columnas=categoría de votación 2da). Al no poner restricciones, x resulta en una matriz que contiene tanto números positivos como negativos.

Paso 3: Se utiliza el método L-BFGS-B (Limited-memory Broyden–Fletcher–Goldfarb–Shanno bound constraints) como algoritmo de optimización para minimizar el error en A.x = B + error. Para la estimación inicial se utilizan los resultados del Paso 2 (poniendo cero en donde hay números negativos). Las restricciones obligan a que: 1) los coeficientes de x sean todos positivos, 2) la suma de las filas (categorías 1era) de la matriz x sean números cercanos al valor de uno, y 3) los coeficientes de la matriz x no resulten, al ser multiplicados por A, en votaciones que sumadas sus columnas difieran demasiado de los votos totales para cada categoría del balotaje.


[2] Para obtener un mejor resultado local se puede agrupar a estos cantones por regiones geográficas y analizar sus patrones de votación a nivel de parroquias.


[3] Como por ejemplo el análisis de Pablo Ospina en donde se minimiza los cambios de comportamiento en segmentos electorales que se dan con el transcurso del tiempo. Aprovechamos para manifestar que no somos partidarios del análisis unidimensional para interpretar situaciones que pueden ser explicadas con estudios de la evolución entre segmentos electorales, ya sea con herramientas de investigación primaria o metodologías matemáticas de modelación. El escrito de Ospina hace una crítica al trabajo aquí presentado (que fue publicado preliminarmente en GK) partiendo de supuestos atribuidos erróneamente. Nuestro análisis no supone que “si las personas adicionales que votaron nulo en la segunda vuelta (…) no hubieran votado nulo, esos respaldos se hubieran dirigido a favor de Arauz. Como Guillermo Lasso ganó por una diferencia de 440 mil votos, el voto nulo habría bastado para darle la victoria al correísmo”. La aritmética simple en torno a categorías conceptuales inmóviles -y entre periodos- no tiene nada que ver con la metodología aquí presentada. Este es un análisis que se ocupa de las transferencias entre opciones electorales actuales y vigentes, y no de suposiciones aritméticas lineales en torno al movimiento de cifras entre territorios, mezclando pasado y presente, o incluso asumiendo lealtad del votante hacia categorías conceptuales y a partidos políticos. Los territorios crecen, se transforman, las opciones cambian, y las categorías de lo colectivo entran en disputa con las individuales.


[4] Durante la campaña electoral, Eureknow y Pulso Ciudadano también publicaron escenarios de transferencia de votos. Independientemente de sus respectivos niveles de cercanía con el resultado de la Tabla 2, sería interesante conocer qué otra información levantaron estas y otras encuestadoras sobre estos segmentos electorales. Quizás a partir de esta información se podría explicar acciones estratégicas de campaña y cambios en el comportamiento electoral que desembocaron en los resultados del 11 de abril.



Los editoriales publicados en la sección de análisis de la web de Cálculo Electoral son responsabilidad de sus respectivos autores y reflejan su propia perspectiva analítica.


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